La salsa de tomate es una de esas preparaciones básicas que transforman un plato común en una experiencia reconfortante. Ya sea como protagonista en un buen plato de espaguetis o como base para guisos, pizzas o arroces, esta salsa versátil es un auténtico pilar en cocinas de todo el mundo.
Su sencillez es parte de su encanto: con apenas unos tomates, algo de aceite de oliva y especias, se puede lograr una explosión de sabor. Pero una buena salsa de tomate va más allá de lo básico: requiere tiempo, técnica y atención a los ingredientes.
Además de deliciosa, es saludable. El tomate es rico en licopeno, antioxidantes y vitaminas esenciales, lo que convierte esta salsa en un acompañante nutritivo.
En este artículo exploraremos una gran variedad de recetas con salsa de tomate, desde las más clásicas hasta las más creativas e internacionales. Prepárate para redescubrir este tesoro culinario desde todos los ángulos.
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¿Qué es la salsa de tomate y cómo se clasifica?
La salsa de tomate es una preparación culinaria a base de tomates cocidos, que se utiliza como base o acompañamiento en una infinidad de platos. Aunque puede parecer simple, existen diferentes tipos de salsa de tomate, cada uno con características específicas según su uso y origen.
1. Salsa base o “sofrito”
Usada como punto de partida en muchas cocinas, suele llevar tomate, cebolla, ajo y aceite de oliva. Es común en platos mediterráneos y latinos.
2. Salsa de tomate casera
Más elaborada, se cocina lentamente y puede incluir hierbas (como albahaca u orégano), azúcar para corregir la acidez, y hasta vino o mantequilla.
3. Salsas regionales
- Italiana: con albahaca y ajo, ideal para pastas.
- Española: tipo sofrito, para arroces y guisos.
- Latinoamericana: más especiada, con comino o ají.
Distinguir entre estas variantes te permite adaptar la salsa al plato, enriquecer el sabor y respetar las tradiciones culinarias.
Receta base de salsa de tomate casera
Preparar una salsa de tomate casera desde cero no solo es sencillo, sino que marca la diferencia en sabor, textura y aroma frente a las versiones industriales. Aquí te dejamos una receta base infalible para que puedas usarla como base en múltiples platos.
Ingredientes:
- 1 kg de tomates maduros (tipo pera o rama)
- 1 cebolla mediana
- 2 dientes de ajo
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
- 1 cucharadita de azúcar (opcional, para reducir acidez)
- Hierbas al gusto: albahaca, orégano o laurel
Preparación:
- Pela los tomates (puedes escaldarlos 1 minuto para facilitar el proceso) y córtalos en cubos.
- En una sartén grande, sofríe la cebolla picada y el ajo en aceite de oliva hasta que estén dorados.
- Añade los tomates y cocina a fuego medio-bajo durante 30–40 minutos, removiendo ocasionalmente.
- Añade sal, pimienta, azúcar (si hace falta) y hierbas aromáticas al gusto.
- Tritura con batidora si deseas una textura más fina, o déjala rústica para un estilo casero.
Recetas clásicas con salsa de tomate
La salsa de tomate es el alma de muchas recetas tradicionales que han pasado de generación en generación. Aquí te compartimos algunas de las más queridas y sencillas de preparar.
1. Espaguetis con salsa de tomate y albahaca
Un plato básico de la cocina italiana.
Preparación: Cocina los espaguetis al dente. Mientras tanto, calienta la salsa de tomate casera y añade hojas de albahaca fresca. Mezcla con la pasta y espolvorea con queso parmesano.
Consejo: Agrega un chorrito de aceite de oliva justo antes de servir.
2. Arroz con huevo y salsa de tomate frito
Un clásico de la cocina casera en muchos países hispanos.
Preparación: Sirve arroz blanco con un huevo frito encima y cúbrelo con salsa de tomate ligeramente dulce.
Ideal para: Cenas rápidas o almuerzos sencillos y reconfortantes.
3. Pizza margarita con base de salsa casera
Nada como una buena pizza con salsa de tomate casera.
Preparación: Sobre una base de masa, extiende la salsa, añade mozzarella fresca y hojas de albahaca. Hornea hasta que el queso se derrita y la masa esté crujiente.
Resultado: Una combinación irresistible y minimalista.
4. Pollo guisado con salsa de tomate
Un plato familiar lleno de sabor.
Preparación: Dora piezas de pollo y cocínalas a fuego lento en una salsa de tomate enriquecida con cebolla, pimiento y especias.
Acompañamiento: Arroz blanco, patatas o pan casero.
Estas recetas demuestran que con una buena salsa de tomate, puedes preparar platos deliciosos, reconfortantes y cargados de sabor sin complicaciones.
Cómo conservar y reutilizar salsa de tomate
Una vez que has preparado una buena cantidad de salsa de tomate casera, surge una pregunta importante: ¿cómo conservarla sin que pierda sabor ni propiedades? Aquí te explicamos las mejores formas de hacerlo.
1. Refrigeración (uso en 3–5 días)
Guarda la salsa en un recipiente hermético de vidrio o plástico libre de BPA. Déjala enfriar completamente antes de meterla en la nevera. Ideal para usarla durante la semana en distintas recetas.
2. Congelado (hasta 3 meses)
Divide la salsa en porciones individuales usando bolsas con cierre hermético o envases aptos para congelador. Etiqueta con la fecha. Para usarla, descongela en el frigorífico o directamente en la sartén a fuego bajo.
3. Conserva en tarros esterilizados
Si deseas almacenarla por meses sin congelar, puedes usar el método de pasteurización: llena tarros esterilizados con salsa caliente, ciérralos bien y hiérvelos en agua durante 20–30 minutos.
Resultado: Salsa lista para usar cuando la necesites, como si fuera envasada comercialmente, pero sin conservantes artificiales.
Usos creativos de sobras de salsa:
- Base para sopa de tomate
- Salsa para albóndigas o arroz
- Mezcla con nata o queso para hacer una salsa rosada

Recetas creativas y modernas con salsa de tomate
Además de las recetas clásicas, la salsa de tomate se presta maravillosamente para platos innovadores que combinan tradición con un toque contemporáneo. Estas recetas te permitirán sacarle aún más partido a esta preparación tan versátil.
1. Shakshuka (huevos al horno en salsa de tomate)
Un desayuno o brunch popular en Oriente Medio.
Preparación: Cocina cebolla, pimiento y ajo en aceite de oliva, añade salsa de tomate con comino y pimentón. Cuando esté bien caliente, casca los huevos encima y tapa hasta que cuajen.
Consejo: Sirve con pan pita o pan rústico para mojar.
2. Lasaña vegetariana con salsa de tomate y calabacín
Ideal para quienes buscan una alternativa sin carne.
Preparación: Intercala capas de láminas de pasta, salsa de tomate, rodajas finas de calabacín, espinacas y queso ricotta. Termina con salsa y queso rallado por encima.
Resultado: Un plato reconfortante y más ligero que la versión tradicional.
3. Albóndigas con salsa de tomate especiada
Una versión moderna con especias del Medio Oriente.
Preparación: Prepara albóndigas con carne o lentejas y cocínalas en una salsa de tomate con canela, comino, jengibre y un toque de miel.
Acompañamiento: Cuscús o arroz jazmín.
4. Pasta con salsa de tomate y crema (salsa rosada)
Una opción cremosa sin ser pesada.
Preparación: Mezcla salsa de tomate caliente con un poco de nata o crema vegetal. Añade a pasta cocida y decora con albahaca y parmesano.
Ideal para: Cenas rápidas con sabor sofisticado.
Recetas internacionales con salsa de tomate
La salsa de tomate no es exclusiva de la cocina italiana o española. Es un ingrediente global que adopta matices únicos según la región. Aquí te mostramos algunas recetas internacionales donde la salsa de tomate brilla con identidad propia.
1. Berenjenas a la parmesana (Italia)
Láminas de berenjena empanizadas y horneadas con salsa de tomate, mozzarella y parmesano.
Sabor: Rica, cremosa y con ese toque ácido que equilibra los quesos.
2. Tinga de pollo (México)
Pollo desmenuzado cocido en salsa de tomate con cebolla, chipotle y ajo.
Se sirve: En tostadas, tacos o sobre arroz.
Toque especial: El picante y el ahumado hacen de esta receta un clásico lleno de sabor.
3. Pisto manchego (España)
Similar al ratatouille francés, pero con un marcado sabor mediterráneo.
Lleva: Tomate, calabacín, berenjena, pimientos y cebolla.
Ideal como: Plato principal vegetariano o guarnición.
4. Curry de tomate (India)
Una base de salsa de tomate con cúrcuma, jengibre, garam masala y leche de coco.
Acompañamiento: Arroz basmati o pan naan.
Resultado: Un plato cremoso, aromático y reconfortante.
Opciones veganas y saludables
La salsa de tomate, por naturaleza, es una excelente aliada para quienes siguen una alimentación vegana, vegetariana o simplemente más saludable. Su bajo contenido calórico, su riqueza en antioxidantes y su capacidad de adaptarse a todo tipo de ingredientes la convierten en una base ideal para recetas nutritivas.
1. Salsa sin azúcar añadida
Evita el azúcar refinado usando zanahoria rallada o dátiles para equilibrar la acidez del tomate de forma natural.
2. Pasta integral con salsa de tomate y vegetales
Acompaña la salsa con champiñones, espinacas, brócoli o tofu salteado para una comida completa, rica en fibra y proteína vegetal.
3. Cazuela de garbanzos con tomate
Un guiso rápido con cebolla, ajo, garbanzos cocidos y salsa de tomate, especiado con comino y pimentón dulce.
Consejo extra:
Asar los tomates previamente intensifica el sabor sin necesidad de grasas añadidas.

Trucos de chefs para una salsa perfecta
Detrás de cada gran salsa de tomate hay pequeños secretos que marcan la diferencia. Los chefs coinciden en que el tiempo de cocción lento (mínimo 30–45 minutos) es clave para desarrollar profundidad de sabor.
Otro truco popular es el uso de mantequilla en lugar de aceite, como enseñó la chef Marcella Hazan. Aporta suavidad y equilibra la acidez del tomate.
El sofrito bien hecho—con cebolla y ajo dorados lentamente—es la base para potenciar aromas. Además, una pizca de azúcar o una zanahoria rallada ayuda a corregir el sabor si los tomates están muy ácidos.
Preguntas frecuentes sobre recetas con salsa de tomate
La salsa de tomate es tan común en nuestras cocinas que suele generar muchas dudas prácticas. A continuación, respondemos las preguntas más buscadas por los usuarios:
1. ¿Cómo espesar una salsa de tomate?
La forma más sencilla es reducirla a fuego lento sin tapa, removiendo ocasionalmente. También puedes añadir un poco de puré de tomate, una cucharadita de harina de maíz (maicena) diluida, o incluso zanahoria rallada que espesa de forma natural.
2. ¿Puedo congelar salsa de tomate casera?
Sí, es perfectamente posible. Déjala enfriar completamente y guárdala en porciones individuales en bolsas o recipientes aptos para congelador. Dura hasta 3 meses sin perder sabor.
3. ¿Qué hierbas combinan mejor con la salsa de tomate?
Las clásicas son albahaca, orégano, laurel, romero y tomillo. También puedes usar perejil fresco para dar un toque final justo antes de servir.
4. ¿Se puede hacer sin cebolla o ajo?
Sí. Aunque aportan sabor, puedes sustituirlos por puerro, apio, o simplemente prescindir de ellos si prefieres una salsa más suave o por intolerancia.
5. ¿Por qué mi salsa queda ácida?
Algunos tomates son naturalmente ácidos. Corrige esto añadiendo una pizca de azúcar, un poco de zanahoria rallada, o incluso una cucharada de mantequilla al final de la cocción para suavizar.
Conclusión: por qué la salsa de tomate debe estar en toda cocina
La salsa de tomate es mucho más que un simple acompañamiento: es una base culinaria universal que une sabores, culturas y generaciones. Su versatilidad permite adaptarla a platos clásicos, innovadores, saludables o festivos, siendo siempre protagonista.
Con ingredientes sencillos y un poco de técnica, puedes transformar cualquier comida cotidiana en algo especial. Además, su facilidad para conservarla y reutilizarla la convierte en una herramienta indispensable en la cocina moderna.
Ya sea para una pasta rápida, un guiso casero o una receta internacional, tener una buena salsa de tomate a mano siempre será una gran idea.